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Hay existencias
Hay existencias
2011
¿Qué entendemos por un nuevo simbólico? Un simbólico descarnado, donde en lugar de la ley rige ahora la regulación. Donde el significante, que pasa a funcionar como signo de identificación, puede quedar standarizado y regido por el efecto simultáneo de la imagen. Si hay un nuevo uso del significante ¿qué quiere decir hablar? La proposición que queremos abrir conceptualmente es: los hombres hablan, ya que intervenir en el hombre, en nombre de ser hablante, podría ser la definición del psicoanálisis.
Nos interesamos en los trabajos que permiten captar, en la enseñanza de Lacan, el viraje del lenguaje, como estructurado, a lalengua para poder operar con nuestro discurso en el mundo de la triple w y su parafernalia del punto com.
¿Adivina usted, estimado y exiguo lector de editoriales, quién permanece silencioso en el análisis además de la pulsión? ¿Tienen algo en común el pensamiento de Witgensttein y el de Lacan? De lo que no se puede hablar, mejor callar. Por señalar con el dedo algo que nos inspire, le recomiendo navegar este número en clave clínica. El habla analítica, la virtud alusiva de la interpretación, y el famoso gesto de San Juan con el que habrá que clikear actualizar, otra vez y otra vez.
Cuando lo privado es espectáculo, ajeno a la retórica del secreto y lo inefable, ¿por qué la intimidad se transforma en una tiranía? El espectáculo de la intimidad en Internet, que no se apoya, como antaño, en la cultura letrada y el canónico género de la novela, pareciera, sin embargo, realizar algunos imposibles borgeanos. Cuentos de Borges como “El Aleph” o “El jardín de los senderos que se bifurcan” sirven como metáforas de lo que es Internet, una espacialidad virtual con vocación de totalidad: todo se puede ver. Los nuevos textos, esos que remiten a una comprensión sin gramática, sin lo normado del lenguaje, se imponen. SMS por el celular, redes sociales en las que se alternan el protocolo del asistiré y me gusta, han creado una nueva generación de lectores. ¿Cómo llegarán a ellos nuestras producciones?, o, más precisamente, ¿llegarán? Pero lo simbólico no se transforma sólo como efecto de la época, porque hablar es gozar; los analistas de la Escuela, con sus testimonios, nos transmiten qué pasa con él al final de la experiencia analítica.
Entonces, nos proponemos explorar tres vías en este número:
-el silencio (lo que tienen en común el analista y la pulsión)
-el habla analítica (interpretación, la virtud alusiva, y los límites del lenguaje)
-los impasses del nuevo simbólico (nuevos textos / lectores, efectos en los lazos, los cuerpos…:)
Lo invito a ese gesto inmemorial -que siguió al despliegue de los códices-, y con su índice dé vuelta las páginas que siguen para leer estos artículos que son también nuestras apuestas.
Pilar Ordóñez