Maldita familia, siempre fundada en el malentendido, la decepción y el crimen. Unida, si, por el secreto, por la pregunta acerca del goce de los padres y el lugar del niño. Para el psicoanálisis, y contra todo intento de control social camuflado tras la transparencia evaluativa, en ella aún brilla una versión del inconsciente bajo la fórmula… de eso no se habla.
De incesto a la per-versión, la temática de este número muestra una doble tensión. Por un lado presenta las ficciones edípicas clásicas y el deseo incestuoso en el fantasma y, en el otro extremo, tensa lo que podríamos llamar la anomalía familiar. Este primer trayecto nos permitirá situar la variedad de transformaciones que, reformulando la norma, proliferan en las familias actuales: monos, homos, pluri…
El psicoanálisis no se deja encandilar por esta clasificación sociológica y avanza tensando la cuerda de lo Real, orientación que demuestra cómo, con esta clasificación del parentesco, se forcluye el problema de la diferencia sexual.
Así se proclamará a la familia como dos veces maldita. Maldita, cuando estructura el pasaje al acto incestuoso, incesto ante el cual el psicoanálisis no retrocede. Y mal-dita, en tanto invento singular insoslayable, que permite ficcionalizar un deseo para que no se hunda en el anonimato que promueve la especulación estadística.
Transmisión, nombres y filiación, lo que resta del padre, sin nostalgias, la noble bastardía. Nos permitimos recopilar un par de trabajos que orientaron dos acontecimientos actuales en nuestra comunidad analítica. Ambos permiten avanzar sobre lo que no es simbolizable del mito paterno, y que por eso constituye al padre: un goce, ese rasgo vivo.
Eliminar la razón sexual de los asuntos de parentesco tiene consecuencias en la constitución subjetiva. El psicoanalista, en su práctica, ¿instrumentaliza o no el concepto de padre deseante? y ¿conserva la idea de lo femenino, es decir, del Otro sexo, como garante de la diferencia? Tipos de madre y padres intenta demostrar cómo cada sujeto construye e inventa a su familia a la manera de su síntoma, anudando de un modo inédito goce y sentido.
Nuevos hombres, madres solas, hermanos amantes, hijos de algo -aunque más no sea de probeta-, mujercitas… y algunos otros tópicos que lo invitamos a recorrer en las páginas que siguen.
Pilar Ordóñez