Lo incurable del narcisismo en un análisis fue el título que decantó luego del intercambio con Marcus André Vieira para trabajar en la Noche de Escuela el pasado jueves 20 de abril.

La actividad tuvo un escenario privilegiado: el Auditorio de Radio Nacional Córdoba, un emplazamiento en la ciudad que fue también el lugar que nos alojó en ocasión de la venida de Judith Miller a Córdoba en noviembre de 1991.

La intervención comenzó por precisar que hoy, más que nunca, necesitamos saber qué produce la subversión en el psicoanálisis y cuál sería su lugar en este contexto.

Frente a un auditorio que colmaba la sala, Marcus André Vieira situó una serie de cuestiones que giraron alrededor del lugar del psicoanálisis en lo social. Un asunto de vital importancia para pensar no sólo su actualidad sino también el lugar del psicoanalista hoy, en un mundo “que parece estar dominado por el delirio identitario del yo”.

Esta frase fue el primer guiño que el psicoanalista brasilero dedicó a Narcisismos, tema del XV Seminario Internacional al cual fue invitado por el Centro de Investigación y Estudios Clínicos.

Una serie de preguntas causaron su reflexión alrededor de si hay un estado pre-clínico o pre patológico del sujeto, lo que nos llevaría a pensar si hay un estado previo curable o no: ¿En qué un análisis prescinde del binario normal y patológico? ¿Cómo hablar de una vida sin eso? ¿De qué manera eso está presente desde el comienzo del análisis? ¿O es una cuestión solo de su final?

Tuvimos la oportunidad de dejarnos llevar por un recorrido que abordó entre otras cuestiones, la diferencia entre la clínica médica y la clínica psicoanalítica respecto del lugar que tiene el síntoma para cada una de ellas; la utilización de categorías clínicas con las que el psicoanálisis, lejos de patologizar, orienta su práctica;  el fundamento autístico del síntoma que, por lógica, deja caer la idea misma de cura.

Cada una de estas cuestiones permitieron centrarnos en una profunda reflexión sobre la época y, en este contexto, nuestro invitado subrayó que no es posible hablar de cura porque ya no hay enfermedad. Y, no hay enfermedad mental porque lo mental ya no es una representación del sujeto.

El desarrollo de su alocución fue escandida en una conversación animada por Estela Carrera, Directora de la EOL Sección Córdoba que, junto a los colegas que quisieron tomar la palabra, produjeron un auténtico intercambio permitiendo situar los diversos modos en los que un análisis cambia la vida cuando algunas marcas del Otro logran ser subvertidas.

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