ARGUMENTO

Del inconsciente freudiano al parlêtre

En el inicio de un análisis, la regla fundamental señala el carácter de franqueamiento que tiene tomar la palabra, por lo que vale la expresión ¿cómo te lo digo?

Se trata de trasponer en palabras lo “amorfo mental” -como denomina J.-A. Miller1 a la conciencia no dicha.

Para Freud2 el deber de decir al analista lo que sabemos y no decimos a otros, como en una confesión laica, y de decir lo que no sabemos que sabemos, que el analista traduce, da lugar a la transferencia. Así, el analista forma parte del monólogo analizante. Los efectos terapéuticos tempranos reflejan el alivio que, en muchos casos, trae este franqueamiento.

Pero desde su primera enseñanza Lacan3 desconfía de la noción que emplea Freud de “toma de conciencia” para dar cuenta de dichos efectos terapéuticos. Si estos se producen, se trata, más bien, de “verbalización”, de “pasar al verbo”, al “epos”. Los términos “conciencia” e “inconsciente” le parecen cada vez más imprecisos y sesgados por una psicología de época. El giro lingüístico de Lacan, resumido en la fórmula “el inconsciente está estructurado como un lenguaje”, abrirá la vía para una revisión constante del concepto de inconsciente que culminará, por su giro hacia la axiomática del goce4, en lo que Miller5 reconoció en la noción de “parlêtre6, de “cuerpo hablante”, de “hablante- ser”.

Hay, sin embargo, en este devenir conceptual, una conservación de lo que se supera. Podemos suponer que cada análisis reproduce, en distinta medida, las escansiones de la enseñanza de Lacan y su debate con Freud.

En el inicio de un análisis, las revelaciones, los insights, los instantes de ver articulan lo inconsciente como una verdad mentirosa porque tiene estructura de ficción. El “síntoma del inconsciente”7 es charlatán. Mientras que, en un análisis que dura, para alcanzar la desinvestidura de esas ficciones, se hace la experiencia de lo real bajo el modo de la inercia, que es territorio del “sinthome8.

¿Cómo te lo digo? refleja lo embarazoso, el espesamiento silencioso que acompaña a la repetición cuando ya no podemos quejarnos del peso de los semblantes. Así, las ficciones del inicio son el anzuelo para atrapar un real porque ¿cómo hablar de uno sin los otros?

La clínica en la época del Uno solo: angustia y urgencia

Hoy, en tiempos de virtualidad y de ausencias, la alianza entre cuerpos y palabras se manifiesta como un “hablado sin cuerpos” -como explicó M.-H. Brousse9-, alianza que requiere una nueva consideración ética ya que, si la palabra es el instrumento operativo de nuestra praxis, no es sin el poder discrecional del oyente.

Dado el escaso recurso a las narrativas, a las ficciones, a los semblantes, aquello a lo que el analista apunta, forzosamente, es a abordar en el inicio esa inercia que, clásicamente, veíamos instalarse en la duración de un análisis. Es la inercia que viene del mutismo de la pulsión10, que emerge del misterio del cuerpo hablante -y no de la verdad mentirosa- y que es experimentada, tanto del lado del analizante como del analista, como una urgencia11.

La elucidación lacaniana de la angustia demuestra que la verdad miente cuando nos confrontamos a lo que no miente porque no habla. Ese afecto que no engaña es, entonces, señal de lo real; señal de la pulsión que busca satisfacerse como una voluntad de goce que insiste, avanzando sobre el principio del placer12.

¡Y tenemos miedo! de allí la urgencia. ¿De qué tenemos miedo? interroga Lacan13. De nuestro cuerpo.

Pero la angustia se sitúa en un lugar diferente que el miedo. Es un avance de lo real sobre lo imaginario; es el sentimiento que surge de la sospecha de que nos reducimos a nuestro cuerpo. Es un miedo al miedo, y la urgencia la modalidad temporal de un traumatismo.

La estructura de lenguaje no es más que una elucubración de saber sobre lalengua14

 El arco que trazamos de la primera a la última enseñanza de Lacan ordena un campo que va del privilegio de lo simbólico del lenguaje al de lo real del traumatismo de lalengua15. La palabra concierne ahora no sólo a lo simbólico y lo imaginario sino a la opacidad de lo real, conformando un aparato de goce, aparole/apareille, que Miller16 equipara a un monólogo. Y los destellos de ese real -la angustia, los síntomas- no se vuelven operativos para reintroducir al sujeto en la cadena significante. Más bien es la pulsión de muerte sin semblante la que rige, en un acto continuo y sin destinatario, un goce del Uno solo, sin el otro. Ese silencio pulsional puede ser equiparado al estatuto autista de la apalabra, en el que no hay diálogo sino goce siempre logrado.

Es así que, de entrada, el analista debe poder escuchar el goce del parlêtre, eso insoportable que emerge de un goce que perturba.

Por un lado, la ficción analítica -como explica E. Laurent17– posibilita que se introduzca algo de la significación fálica, no del lado de una articulación al padre sino a partir de los objetos a, de las inscripciones de goce. Por otro lado, entre el silencio y el sentido, el esfuerzo de poesía que Miller nos propone es una de las formas a partir de la cual el semblante o la letra pueden localizar un real entre lo descifrable y lo indecible.

A partir de aquí, debemos poder extraer las consecuencias que acarrea la teoría lacaniana de lalengua para la práctica de la interpretación.

Comisión Científica:
Ana María Gallegos
Elena Levy Yeyati
Claudia Lijtinstens


1 Miller J.-A., Sutilezas analíticas, Paidós, 2011, p. 113 y sig.

2 Freud S., Esquema del psicoanálisis. En Obras Completas. Vol. XXIII. Amorrortu, 2006, p.173 y sig. 3 Lacan J., Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis. En Escritos 1. siglo veintiuno editores, 1988, p.244 y sig.

4 Cf. Lacan J., El Seminario, Libro 20, Aún 1972-1973. Paidós, 1981.

5 Miller J.-A., El inconsciente y el cuerpo hablante. En Scilicet El cuerpo hablante. Sobre el inconsciente en el siglo XXI. X Congreso de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Río de Janeiro, 2016 pp. 21-37.

6 Debido al juego homofónico hay muchos modos de declinar el neologismo parlêtre.

8 Miller J.-A., Sutilezas analíticas, op. cit., p. 115.7 Miller J.-A., El inconsciente y el cuerpo hablante, op. cit.

9 Brousse M.-H., Soledad de los cuerpos. Disponible en: https://psicoanalisislacaniano.com/2020/04/23/mhbrousse-soledad-cuerpos-20200423

10 Cf. Freud S., El yo y el ello. En Obras Completas. Vol. XIX. Amorrortu, 1986, p.47; p.59.

11 Lacan J., El esp de un laps. En Otros escritos. Paidós 2012. p 601

12 Miller J-A., La angustia Lacaniana. Icdeba. Paidós 2007, p.90.

13 Lacan J., La Tercera. En Lacaniana 18. Publicación de la EOL, 2015, p. 27.

14 Lacan J, El Seminario, Libro 20, Aun, óp. cit. Clase del 26/6/73 titulada “Elucubración de saber sobre lalengua”.

15 Lacan J, Id.

16 Miller J.A., Curso de la O.L. “La fuga del sentido”. Clase del 17/01/1996, inédito.

17 Laurent E., El Uno solo. En Freudiana N°83. Revista de la comunidad de Cataluña. ECF. Abril-Julio 2018, p.80.

EJES TEMÁTICOS

EJE 1- Episteme y práctica analítica: Cómo escuchamos lo que se dice en análisis…

  • Del inconsciente freudiano al parlêtre
  • La clínica en la época del Uno solo
  • El lenguaje, la lengua, lalengua: incidencias en la interpretación analítica
  • Es el hombre que se sirve del cuerpo para hablar…
  • Del desciframiento del lenguaje a la escritura y la letra del sinthome
  • ¿De qué hablamos cuando decimos que hay sentido en lo real? ¿Cuál es la eficacia analítica de la “jaculación” y de la “fuerza de la poesía”?

EJE 2- En la época del Uno solo: Cómo te dicen….

  • ¿Por qué sostener la diferencia entre Identificaciones e identidad?
  • Empuje al nominalismo clasificatorio: ¿qué nombra un analizante cuando busca su diagnóstico en internet?
  • La despatologización y los sujetos del derecho frente a la sintomatización del sujeto del inconsciente
  • El Autismo como El autismo del Goce.
  • La vida en la virtualidad: semblantes, saber, goce indecible
  • Políticas de los derechos frente a una política de síntoma

EJE 3- La Escuela: ¿Cómo decir en la Escuela?

  • Paradojas del testimonio de los AE ¿cómo hablar del propio análisis sin hacer psicología del yo?
  • Posición femenina y salida del análisis
  • ¿En qué consiste el agujero en el saber que preserva el discurso analítico? ¿Cuál es su relación con el deseo del analista?
  • Dilemas en la transmisión y la formación: cómo situar la enunciación en la cita, la mención, la paráfrasis, la mímesis
  • La transmisión como problema: la lengua de madera versus lalengua singular