Muchas veces quienes llegan a la consulta manifiestan con desesperación no saber  qué hacer respecto de fenómenos que aparecen en su cuerpo de modo repentino y persistente. Generalmente, ya han pasado por numerosos tratamientos y estudios a los que en ocasiones el médico pone fin diciendo: “Lo suyo es psicomático”. Pone fin a las intervenciones médicas, pero no al malestar y enigma que estos fenómenos producen.

Lacan nos enseña que el cuerpo no es el organismo, sino el producto del encuentro con el lenguaje de un modo que deja marcas. Estas marcas producen orificios que habilitan un eco especial para determinadas palabras. Así hay palabras que nos tocan, nos golpean, nos descolocan, nos dan placer. A partir de estas marcas entonces, la satisfacción circula y nos permite habitar el cuerpo de un modo singular

Estas marcas son muy importantes, porque del avatar de las mismas dependerá la incidencia del fenómeno psicosomático.

¿Cuándo se produce un fenómeno psicosomático? Cuando al contrario de lo dicho anteriormente, el cuerpo se transforma  en una superficie plana donde entonces se adhieren y sueldan estos fenómenos, podríamos decir, sin decir palabra. Esta adherencia da cuenta de la persistencia al mismo tiempo que de la extrema dificultad para tratarlos.

Resulta imprescindible entonces la apuesta de quien sufre de albergar otras posibilidades, para que eso que queda pegadoal cuerpo lesionándolo sin poder pasar por la palabra, pueda ser tramitado de otra manera

En definitiva se trata de consentir a poner el cuerpo de otro modo, para que eso hable en la experiencia de un análisis.

 

Graciela Martínez