Durante estos casi dos años hemos realizado un trabajo de Escuela que podemos evaluar desde distintas perspectivas. Todas ellas son distintas coordenadas para interrogar qué manera de pensar la Escuela se lee en el desarrollo de la gestión.

Una de las perspectivas posibles desde donde mirar a posteriori el desarrollo de la gestión, es ubicar lo que funcionó, lo que produjo efectos libidinales, lo que hizo andar las cosas, fallas incluídas.

Cada gestión implica un cálculo inicial y luego el encuentro con lo incalculable, con los hallazgos, con las emergencias de eso que no entró en las previsiones. Por otra parte y como nos lo enseñó J.A. Miller en La teoría de Turín, la enunciación en la Escuela no es colectiva, las soledades de cada uno son tratadas cada una como excepción, no son sindicalizables ni totalizables.

De esta forma la tensión entre la enunciación de cada uno y el real común que conformamos en nuestra comunidad atravesó los dos años del Directorio, hacer con eso cada vez es un trabajo que hace a la incomodidad estructural de la Escuela, a su disarmonía y es el efecto de formación que puedo situar del pasaje por el Directorio.

En estos dos años, la conversación continúa con la Instancia Diagonal, como lugar de referencia, produjo cada vez un esfuerzo para bien decir los argumentos, una posibilidad de descompletar el Uno que hace el Directorio en medio del fragor de la gestión, un despabilarse cuando hubo cosas que se nos pasaron, las propuestas que la ID realizó al Directorio fueron muy importantes en el desarrollo de la gestión.

La presencia del Consejo Estatutario vía el presidente de la ID, produce un dispositivo que anuda a la política de la EOL y al mismo tiempo fuerza a pasar por el Otro para cada uno de los temas más importantes de la Gestión, considero que con las dos presidencias de la ID, se consiguió ese efecto.

Respecto a lo que hechó a rodar el Directorio, lo que funcionó tuvo que ver con apostar al deseo y conmover el automaton. Una elección que se verificó con consecuencias en diferentes actividades: en las Noches de la Escuela, en el llamado a todos los miembros a publicar, en el privilegio dado a la enunciación de un solo docente en cada tramo del Seminario Introductorio, de igual modo en el dictado del SOL, o en el trabajo producido en las mesas simultáneas de las Jornadas de la Sección.
Una reunión mensual con los responsables de las Comisiones del Directorio intentó producir una trama que hiciera que no se quedara cada uno en el trabajo específico, haciendo pasar así una política, considero que lo conseguimos más en el primer año que en el segundo, quizás por la manera en que la permutación anticipada sobrevino en la segunda mitad de este año.

En la relación al Directorio de la EOL y a las Secciones se produjo un trabajo institucional que tuvo puntos importantes de anudamiento en las Jornadas Nacionales de Carteles el año pasado, también en las conversaciones producidas en torno a las publicaciones y en la participación de los Directorios en las Jornadas de nuestra Sección. Además este año la EOL planteó una participación mayor de las Secciones en las Jornadas de la Red a la que respondimos.
La articulación con el Ciec avanzó en aspectos específicos, como la BOLC y el Programa de Trabajo Sufrimiento Bajo Control con efectos importantes de extensión.

Con los miembros de la Escuela y los colegas del Ciec verificamos el compromiso que cada uno de nosotros ponemos en el trabajo por esta causa, debo decir que las invitaciones y propuestas hechas a los colegas desde el Directorio han recibido prácticamente en todos los casos una aceptación gustosa y dedicada.

Así, la confianza en nuestra comunidad y en nuestros dispositivos se me presenta también, como un saldo del pasaje por la Dirección.

Quiero ahora sí agradecer a todos los que compartieron este trabajo, a la ID , Ana, Tani, Alvaro con quienes no nos ahorramos discusiones, y que acompañaron también así, de cerca esta gestión.

A mis colegas del Directorio, Gisela, Beatriz, las que pusieron cada una a su manera, su relación al psicoanálisis como causa en el trabajo cotidiano, encontré en ellas lucidez y decisión. A Gisela quiero agradecerle especialmente por la disposición que implica ejercer la secretaría del Directorio y a la vez la Dirección de Mediodicho, funciones que llevó adelante con gran disposición. A Beatriz su trabajo cuidadoso y celoso en la administración de las finanzas de la Sección.

A los responsables de las Comisiones y a cada uno de quienes las integraron.

A Jorge Assef y su manera de hacer vivir la Bolc, conectarla, hacerla existir mas allá de Cba, a su manera de trabajar sin descanso y con efectos; a Graciela Martinez en su impulso y su empuje a sostener aquello de lo que estaba convencida en la comisión de carteles; a Pia Liberatti al poner en valor la gestión administrativa de la librería, junto con las ventas.

También a Claudia y las admisoras de la Red por su trabajo en anudar la Red a la formación que la Escuela dispensa.
Y también a cada uno de los que fueron responsables de las Enseñanzas, “El bien decir un bien leer” de las Noches clínicas, las preguntas auténticas como modo de avanzar en un terreno no sabido aún como el de Restos Sintomáticos, la perspectiva de cada uno, en la lectura de nuestras referencias en el SOL, en el Introductorio, en las Jornadas.

Les decía en el informe que me llevo del Directorio la marca de un trabajo con los colegas que me hizo experimentar nuestro real común, ese que cada vez conformamos. Los obstáculos que se detallan en cada uno de los informes, y sobre los espero podamos conversar ahora, se convierten en preguntas, en reales a interpretar hacia adelante.

El pasaje por el Directorio fue una tarea apasionante, se los agradezco sinceramente y les deseo a Alejandro, Mariana y Estela un muy buen trabajo.