Mediodicho se ha propuesto esta vez preguntar: ¿qué trata el psicoanálisis hoy? Partimos con J.-A. Miller de la creencia que el nombre del psicoanálisis ya no es lo que era, que los psicoanalistas enfrentamos el desafío de sostenerlo si queremos que sobreviva, ya que se trata hoy de producir una transformación profunda.
Las siete sustituciones que nos propone en esta revista Miller son un modo de enfrentar la época, su malestar, su desorientación. Nosotros, sí orientados por la última enseñanza de Lacan, comenzamos a sacar consecuencias para nuestra práctica y nuestra posición en el mundo.
Política, enfermedad y época, tres significantes que los pensamos anudados y que nos dan una dimensión del lugar que el psicoanálisis tiene hoy en nuestra cultura, en nuestra sociedad y en el mundo.
Entendemos como una de las vías de la política la perspectiva del trauma y los efectos que tiene para todo ser hablante. Por lo cual hemos realizado un abordaje amplio, queriendo dar cuenta de nuestro punto de vista ético y clínico. También decidimos abordarlo desde otras disciplinas, como las neurociencias o las TCC, que hoy proponen diferentes terapéuticas a las que nos enfrentamos palmo a palmo y donde los psicoanalistas tomamos nuestra posición.
Abordamos enfermedades de la época: anorexia, bulimia, adicciones, usos del medicamento, situando la creencia en un síntoma que no es mudo y habla de una invención particular al imposible de decir, que anudado al deseo del analista, demuestra cómo el psicoanálisis es eficaz para tratarlo y hacer más visible la vida.
Época, ayer, hoy, mañana, una perspectiva amplia y a la vez articulada a través del aporte de psicoanalistas y hombres y mujeres de la cultura. Cada uno de ellos, con un sesgo particular, nos permite analizar un significante que aunque repetido no deja de tener consecuencias cada vez que es abordado, en este número, la memoria, la medicina, la violencia, la responsabilidad de los medios audiovisuales.
El Pase esta vez toma la forma de conferencias que lo sitúan como una “zona que hay que recorrer”, que nos da la medida de la eficacia del psicoanálisis en la época actual, que nos orienta más allá del pudo hacer luego de atravesar su experiencia analítica.
Sabemos, como lo repiten dos trabajos de esta revista, que “el psicoanálisis no es un aerolito que ha caído del cielo”, es la invención de una experiencia particular, de un largo camino, en cada época que lo necesita, para soportar el estilo de vida de cada sujeto.
Espero que la lectura de esta revista sea una contribución a la transformación que estamos en vías de producir.
Adriana Laión