“La mitad de LOM”
Extracto del texto de Marie-Hélène Brousse en VIRILITÉS. La causa del deseo. Revista de Psicoanálisis. Abril 2017, n°95. Revista de la Escuela de la Causa Freudiana.

LOM
En la conferencia “Joyce el Síntoma”, Lacan escribe “LOM”: “nosotros somos shombres [sommes z’hommes]” . Continua, insistiendo en esta escritura fonética: “LOM, LOM de base, LOM quetieneun cuerpo y notiene más Keuno. […] lo que importa pues sin precisar desde dónde, es darse cuenta de que LOM tiene un cuerpo” . Lo que sostiene el universal ya no es el Nombre del Padre, como lo fue según el modo de la excepción, o siendo múltiple, según la organización en comunidades minoritarias determinadas por la diversidad contingente de los significantes amo. Es el hecho de tener un cuerpo para un parlêtre. LOM es entonces el término que define al universal fonéticamente, es decir de manera real, ya no simbólica e imaginaria. LOM es el universal en los tiempos del parlêtre, en los tiempos de los unos solos, de la equivalencia sexual en lugar de la relación sexual que no hay. LOM ya no se diferencia por su cuerpo como imagen, por su palabra como cadena significante. Lo está por su sinthome. Es el universal del sinthome, “Goce opaco por excluir el sentido. Lo sospechábamos desde hace mucho. Ser posjoyciano es saberlo”
Virilidad del discurso, femineidad del sinthome
¡Esto no es posible! ¡Hablamos de hombres y de mujeres, sin embargo! En el Otro, en el discurso, ya sea del amo, de la histérica, universitario o sea el del analista, eso susurra esta diferencia. ¡Imposible hacer nada! ¿Qué devienen los discursos en los tiempos de LOM y del sinthome?
“El hombre, el macho, lo viril, tal como lo conocemos, es una creación de discurso –por lo menos, nada de lo que se analiza de él puede definirse de otro modo”, dice Lacan en 1970. “No puede decirse lo mismo de la mujer” añade. ¿Por qué? Porque, en ella la palabra verdad provoca un “estremecimiento particular.”
Una historia de mitad
Al momento en que aborda la diferencia sexual en el discurso, Lacan relata uno de sus recuerdos de la infancia, el de su primera lectura, Historia de medio pollo . Precisa “que había también una imagen” y agrega: “Lo que yo enseño desde que articulo algo del psicoanálisis podría muy bien llamarse Historia de medio sujeto” . El volverá sobre este recuerdo y esta expresión en mayo de 1971 , en 1972 y en 1973 . Cada una de estas referencias, directa o indirectamente, trata de lo femenino en ese momento en que avanza hacia una teoría de la sexuación de los parlêtres. Evidentemente, en francés, pensamos en la expresión popular “mi mitad”, por la cual un hombre designa a su compañera, o aún más esta “otra mitad” de los seres humanos (aunque hayan sido y sean aun algunas veces excluidas del conjunto de los seres humanos) que son “las” mujeres. Lacan lo tiene en su cabeza y sigue el hilo del lenguaje popular. Así, en 1972, en “El Atolondradicho”, evocando las estrategias masculinas respecto de las femeninas, subraya que un nombre nombra su mitad; su doña, la diferencia de clase viene a sustituir a la diferencia sexual. En 1973. Ya no utiliza más la palabra “mitad” pero retorna sobre el lazo de tipo conyugal entre un hombre y una mujer. Se interroga sobre el género de la palabra incauto en la expresión “ser incauto de alguien o de alguna cosa”, comenta un pasaje de Nicolas de Chamfort sobre el lazo de un hombre con su mujer. ¿Cuál es, finalmente después del matrimonio, incauto del otro? Subraya entonces que si el matrimonio es un engaño recíproco, una mujer no se equivoca nunca y concluye: “Es en lo cual la función de esposa no tiene nada de humano” . La función de mitad no tiene nada de humano. Ella apunta a la parte del sujeto hablante, sea biológicamente masculino o femenino, que es estructuralmente impenetrable por la duda o la creencia pues no tiene otra consistencia que la lógica. Situándose muy cerca, no del paratodo, sino del notodo, esta parte, esta mitad, escapa a la cuestión de la verdad.
Con esta referencia a la mitad del pollo o del sujeto, Lacan muestra que ha planteado la división subjetiva entre A y $. Pero también ancla allí la oposición entre el moi y el je, el moi y la otra moi-tié, la que falta a la imagen, que no se apresa sino en el decir. En conclusión, en “Lituraterre”, a propósito del rasgo unario, desarrolla esta tachadura que, por producirse, debe reproducir “esta mitad” otra en la que el sujeto subsiste.
Si al principio se trata de la división subjetiva, a lo largo de las formulaciones, esta se especifica como una división entre semblante y goce, equivalentes en la dimensión del discurso pero diferentes a la hora de la verdad de los cuerpos. Y termina al fin por la división entre dos modos cuánticos: el “todo” y el “no todo”: “Aquí muestro mis cartas al plantear el modo cuántico bajo el cual la otra mitad, mitad del sujeto, se produce a partir de una función por satisfacerla, o sea, por completarla con su argumento. De dos modos depende que el sujeto se proponga aquí ser dicho mujer. Son estos:

Traducción: Eugenia Leale
Traducción no revisada por el autor
Referencias
- Lacan, Jacques. Otros escritos. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 591
- Ibíd., p. 592
- Ibíd., p. 596
- Lacan, Jacques. Seminario 17, El Reverso del Psicoanálisis. Editorial Paidós, Buenos Aires, 1992, p. 58
- Macé, J. “la moitié de poulet”, Contes du Petit Château, Paris, Hetzel et Cie, 1862
- Lacan, Jacques. Seminario 17, El Reverso del Psicoanálisis. Editorial Paidós, Buenos Aires, 1992, p. 59
- Cf. Lacan, Jacques. Seminario 18, De un discurso que no fuera del semblante. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2009.
- Cf. Lacan, Jacques. Otros escritos. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 480-493
- Cf. Lacan, Jacques. Seminario 21 “Los no incautos yerran”. Clase del 13 de noviembre de 1973. Inédito.
- bíd.
- Lacan, Jacques. Otros escritos. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 489