Look du jour
Por Javier Ferreyra
La delgada línea que divide la forma de vestir masculina de la femenina se construyó a lo largo de siglos. La confusión sobre los modos de vestir se debe a prejuicios y no a verdades naturales. El rosa era, hasta principios del siglo XX, el color adecuado para los bebés varones, porque representaban la sangre (aún débil) y por lo tanto la fuerza, la caza, el ímpetu deseado en el futuro hombre. El celeste era adecuado para las mujeres, porque es un color sereno, refinado, y admite relaciones con los objetos delicados de la naturaleza. Sólo una costumbre tardía alteró la relación del color con el género sexual. Lo mismo con el vestido o las calzas, privilegio de los guerreros a caballo (por la comodidad) y de los reyes (por lo caro de la seda). Después de años de rigor inglés, poco a poco las ataduras de los estereotipos de la vestimenta comienzan a disolverse. (General Paz y Deán Funes, 8M, marzo 2017)
- Javier Ferreyra es licenciado en Letras Modernas egresado de la UNC. Trabaja como fotógrafo en Día a Día. Es profesor de Historia del Arte en la Metro y es profesor en la UES21.