¡Todo bien!…lo que cuesta es dar el primer paso
Elena Levy Yeyati
Freud se ocupa del ocultismo con la máxima resistencia. Quizás el tema le atrae y atravesar ese umbral puede ser un paso de consecuencias incalculables para la salud de su descubrimiento. Por eso concluye «Psicoanálisis y telepatía» citando al custodio de San Denis quien compara su trayectoria con la de esos seres que, una vez decapitados, recogen su cabeza y con ella bajo el brazo marchan todo un trecho: «En tales casos, lo único que cuesta es dar el primer paso».
Si creemos que esta extraña metáfora es verdadera, si la entendemos es, como dice Graciela Musachi[1], porque hay que perder la cabeza… para actuar en cierto sentido. O bien, como afirma Freud, que conviene no perderla ante ciertas tentaciones intelectuales o incluso morbosas.
Habitamos un discurso legitimado por la comunidad analítica si nos identificamos, si podemos subjetivar sus significantes, darles uso, volverlos nuestros. Para eso es necesario desidentificarse un poco, perder la cabeza y, sin resistencias, abandonar discursos familiares a los que nos alienamos. Pero el riesgo que corremos da vértigo, angustia. Roza el miedo fantasmático de morir. ¿Qué es sino hacer un análisis?[2] ¿Qué es un análisis para alguien que, más allá de lo terapéutico, desea volverse psicoanalista? Es dar el primer paso, lo demás viene solo. Ahora bien, si toda separación comporta una dimensión traumática, ese paso que horroriza ¿está al inicio o al final de la experiencia? Nadie lo sabe antes.
26 de agosto 2020
[1] Musachi G., “García”. Tararira.2020. Revista del psicoanálisis. Disponible en https://tararira2020.tumblr.com/post/624270701099122688/rara?fbclid=IwAR33qLRGyXdPVFcWg9sgrc5s56gYQtgp7IUUrFfNlm4BXgcUIgMA88VoVb0
[2] Tengo en cuenta las referencias a la obra de Lacan del Argumento para el Coloquio de Córdoba 2020 “Todo bien! Paradojas del Bien y lo Inconsciente”.