Tejido del aprendiz

César Mazza

En el Seminario 7, Lacan desarrolla la noción del bien y considera entre otras perspectivas, los bienes y la categoría marxista del valor de uso y de cambio. Trae a escena un trozo de paño, que permite ubicar una utilidad y una circulación. Presenta el paño como la matriz de toda intervención humana. Así, la acción inaugural es trenzar para que pueda surgir algo en lo real. Trenzar es inventar algo que no está dado naturalmente, que no está en una relación de envolvimiento, de capullo respecto al propio cuerpo. Lo textil es primero un texto, una trama que se va haciendo “aunque sea una cadena de pelos” (1). Un cuerpo entonces, es el resultado del uso del paño para responder a la intemperie de la desnudez. Un detalle clave a tener en cuenta es que el paño es una tela agujereada. A partir del agujero se podrá pasar la cabeza, brazo, o piernas y el cuerpo en consecuencia concretará una forma, una consistencia. Otra consecuencia que trae aparejado usar el texto-paño es la formación de un lazo y por ende tener un estado civil para estar en el tejido social.

El valor de intercambio no hace falta que lo desarrollemos. El paño como mercancía abre toda una dialéctica de la rivalidad, la privación y el reparto.

Podemos arriesgar que el uso del paño es retomado por un ultimísimo Lacan. En este punto Lacan acentúa que el aprendiz es el que aprende a tejer una lengua neológica, a partir de la experiencia de su análisis. El empleo radicalmente singular de lalengua es posible por un desprendimiento del fantasma, de lo que viene del Otro en términos de lo dado o naturalizado como existente.

Siguiendo el hilo del comentario de Miller, podemos reubicar un pasaje del Seminario 7 donde Lacan menciona un apólogo bíblico. Están “los que se fían de la Providencia del Padre: no tejen ni hilan, proponen a los hombres la imitación de los lirios y del plumaje de los pájaros”. Otros, en la experiencia analizante, sin fiarse de ninguna providencia, en ninguna estructura dada, empiezan a trenzar, haciéndose aprendices de una lengua que ya nadie les enseñó (2).

Notas

(1) Lacan, J El Seminario 7 “La función del bien”, Ed. Paidós, pág. 274.

(2) Miller, J-A: El ultimísimo Lacan, “Momento de concluir”, Ed. Paidós, pág. 190.