Gabriela Dargenton – AME de la EOL y de la AMP

Otro sexo, Ella… Subrayo una genialidad del tema que nos convoca, genialidad sutil que vale la pena detenerse: no dice “el Otro sexo”, no, dice Otro sexo – sin el- es contundente y relieve de una ausencia de él y de ella en Otro sexo. Es Otro sexo que siguiendo el camino de Lacan que va del año 58 a 1975 traza la huella del espacio femenino en esa duplicidad del goce que la hace radicalmente Otra para sí misma, como lo es para él. Cada uno puede o no hacerle de relevo, de utensilio sinthomático, para la obtención de un goce- que de ella misma, en verdad, ni ella ni él sabían. Es lo que sitúa el misterio del encuentro que enlaza goce y amor. Una zona que resalta la imagen de tapa del Seminario XX: Santa Teresa de Bernini desborda en su rostro una satisfacción que Lacan señala “fuera de sí”, una especie de éxtasis que no proviene de la satisfacción del falo, sino de esta experiencia del Otro que ella misma es, para sí misma- Dios es su partenaire…

Otro sexo entonces, para cada posición sexuada, elegida, imposible de prever ya que es por azar que el cuerpo hablante se encuentra con esa satisfacción que lo ha dividido, que hace su duplicidad fundamental y lo transforma en un extranjero de sí mismo.

Para cada elección de goce habrá ese Otro con el que Lacan nos da la entrada a la época actual. Ese Otro (que en el 58 pasaba por el “relevo” de un hombre para volverle a ella como su duplicidad de goce) llega al S. XX siendo un agujero en el lenguaje, tal como lo señala el argumento de nuestras Jornadas: “El Otro (…) no puede ser sino el Otro sexo”. Y un poco más adelante en R.S.I, qué es ese Otro? , más contundente todavía lo ubica como “matriz de doble entrada” ni más ni menos que entre el objeto a y el 1, de lo que se asegura la imposible copulación: “Ninguna relación es jamás aprehensible entre el Uno y el a, dicho de otro modo, no hay ninguna razón para que el recubrimiento del uno por el otro se termine. Su diferencia será tan pequeña como se pueda figurarla (…) pero en el interior de este límite jamás habrá conjunción, copulación alguna del Uno con el a”. Fuga del sentido asegurada y cuerpo inadecuado siempre al lenguaje, siempre (más o menos sentido en cada experiencia subjetiva). Y para nosotros los analistas, la responsabilidad siempre vigente de hacer ex-sistir el Inc. en esta dimensión de real, es nuestro desafío. Ojalá nuestras Jornadas lo celebre